El ikigai es un término japonés que no tiene una traducción exacta al español; sin embargo, se le atribuye un significado bastante especial que involucra dos términos: ‘Iki’, que significa vida y ‘gai’, valor o mérito, para tener una definición aproximada de este concepto como "tener una razón por la que vivir". Dan Buettner, autor de “El secreto de las zonas azules: come y vive como la gente más saludable del planeta” plantea que el ‘ikigai’ está directamente relacionado con la longevidad en Japón, el país del mundo donde viven más centenarios.
Héctor García y Francesc Miralles, autores de “Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y feliz'' (2016) se dieron a la tarea de encontrar el vínculo entre la longevidad japonesa y el ‘ikigai’. Los dos autores viajaron hasta Ogimi, en Okinawa, la zona de Japón donde vive el mayor número de centenarios del país para saber qué le da sentido a la existencia de sus mayores. Cómo se alimentan, cómo viven, cómo sueñan. Su conclusión fue que “tener un ‘ikigai’ claro y definido, una gran pasión, es algo que da satisfacción, felicidad y significado a la vida”.
Y es que no todos los días uno se levanta por la mañana motivado al 100%, y los japoneses lo saben. Hay días pesados en los que uno sólo quiere tomarse una pausa. Por eso, tener claro este concepto y reflexionar constantemente alrededor de él es de gran ayuda para recuperar la energía, mantener el bienestar y balance en el día a día. En este proceso, los japoneses jubilados, por ejemplo, continúan trabajando en los cultivos de arroz, pero para disfrutar del aire libre y promover el respeto por la naturaleza. Simplemente se sienten vivos y útiles. Algo que contrasta con otro fenómeno que se estudia con frecuencia en Japón, el ‘karoshi’, que se define como la muerte por exceso de trabajo.
Ahora, para entender y construir tu propio Ikigai se recomienda comenzar con cuatro preguntas: ¿Qué amas?, ¿qué necesita el mundo de ti?, ¿qué puedes hacer para que te paguen?, ¿en qué eres bueno?. Para resolver estas preguntas hay que tomarse el tiempo necesario y dejar de lado un poco más la mente y escuchar al corazón. Lo primero y fundamental es la conexión con uno mismo pues solo con ese diálogo interno podrás descubrir las cosas que realmente te llevarán por un camino de autocuidado y respeto por tu bienestar. Aquí te damos algunas guías para saber responder cada una de estas preguntas:
- ¿Qué es aquello que amas?
No necesariamente tienes que ser bueno en lo que amas pues aquí debes hacer una lista de todo aquello que te emociona y te gusta hacer sin nada a cambio; sin embargo, cuando lo que amas y para lo que eres bueno se juntan, entonces estás delante de tu pasión.
- Si no hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de tedio y aburrimiento por la vida.
- Si hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de pasión y gozo por cada tarea.
- ¿Qué necesita el mundo de ti?
Quizá la pregunta más difícil de todas. El mundo necesita de muchas cosas, pero lo que tu puedes aportar es lo que va a construir tu misión, así que enlista todos aquellos propósitos superiores que pueden ayudar a tu mundo (próximo o lejano) con pequeñas o grandes acciones.
- Si no hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de inconformidad, inutilidad y poca relevancia.
- Si hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de importancia, empoderamiento y valor.
- ¿Qué puedes hacer para que te paguen?
Todos necesitamos trabajar para vivir y el trabajo tiene que dignificar a la persona que lo hace para que se sienta realizada. Entonces, qué sabes hacer por lo que puedas ganar un pago; cuando esto se junta con aquello que el mundo necesita tienes tu vocación.
- Si no hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de escasez, incertidumbre y pérdida.
- Si hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de abundancia, dignidad y seguridad.
- ¿En qué eres bueno?
Todos tenemos algo en lo que destacamos más que los demás. No necesariamente tiene que ser la profesión a la que te dedicas, lo importante es que sepas aquello que puedes hacer con facilidad y relevancia; sin embargo cuando esto se junta con aquello con lo que eres bueno, entonces tienes tu profesión.
- Si no hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de fracaso, frustración y derrota.
- Si hace parte de tu Ikigai: Sentimiento de satisfacción, realización y talento.
Encontrar las respuestas a estas preguntas y un equilibrio entre las cuatro áreas detectadas (pasión, profesión, vocación y misión) te acercarán más a dar el primer paso para aprender a vivir en la incertidumbre, gestionar la ansiedad y el estrés que cada día nos presenta. Aquí es importante anotar que este concepto no es un elemento fijo y que varía de acuerdo al desarrollo personal, edad y estilo de vida de cada persona. Por este motivo se trata de una herramienta, una brújula de vida, que debes calibrar constantemente para saber en cada momento si te encuentras bien encaminado en tu vida. Esto hará la diferencia a la hora de encontrar motivación en momentos coyunturales donde deseamos entender, reafirmar o re encauzar nuestros esfuerzos.
Así que, tome nota: la búsqueda de un nuevo ikigai puede y debe darse más de una vez en la vida. Expertos incluso recomiendan revisar tu ikigai cada 6 meses o por lo menos cada año para mantenerte alineado con tus nuevos propósitos o circunstancias. Ahí está el secreto de que esta herramienta tenga un verdadero impacto en nuestra razón de ser, calidad de vida y bienestar. Porque recuerda: “En el futuro de hoy, solo las personas que encuentren un propósito en la vida que los motive de verdad podrán adaptarse a los constantes cambios que nos esperan.”
Anímate y prueba esta nueva forma de encontrar siempre una motivación para despertarte cada vez mejor todos los días.
Toda una VERDADERA FILOSOFIA ORIENTAL en la cual esta ligada a la MENTE CUERPO Y ALMA. Lograr el verdadero punto de equilibrio entre la mente y el cuerpo. DARLE MAS VIDA A LOS AÑOS.
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