Después de entrevistar a más de 30 emprendedores son muchas las enseñanzas que uno puede adquirir. La historia de cada persona se forma en la mente uno mientras se escucha a la persona hablar. Las oportunidades, las frustraciones y los momentos decisivos de cada emprendedor se abren paso a medida que avanza la entrevista. Para aquel que vive en piloto automático las historias siempre le sonarán igual, no lograra ver a través de las palabras y no lograra realmente conectarse con la persona genuinamente para poder aprender a través de su experiencia.
Y es que historias sobre perseverancia y superación ya estamos acostumbrados a escuchar. Aunque en ocasiones parezca una verdadera odisea como el emprendedor salió de una situación difícil, ya no le sorprende a la gente. Parece que estamos esperando tal vez a que nos den la fórmula mágica para lograr nuestros sueños, y nos aterra que nos repitan que es a través de la acción y el esfuerzo. Sin embargo, hoy yo no le vengo a dar cháchara sobre que hace bueno a un emprendedor o que lo hace malo, ni mucho menos que se necesita para ser un emprendedor. Hoy le vengo a contar 3 actitudes que descubrí a través de las entrevistas y que se han repetido como un patrón, una constante que puede marcar una tendencia en los emprendedores de esta época, que los puede diferenciar incluso de emprendedores de otros países o tiempos.
La primera constante que encontré es “No ponerle techo a su crecimiento”, los emprendedores que he entrevistado, tienen la particularidad que no se limitan. No andan por ahí satisfechos con lo que han hecho, sino que quieren más. Es una sana ambición que les permite a ellos, no conformarse con algo y buscar dar esa milla extra para que el negocio crezca. Es de alguna manera romper con el paradigma latino con el que estamos acostumbrados en el que cada vez que logramos una pequeña meta o una pequeña victoria no volvemos a hacer nada y nos sentimos dueños del mundo. Al igual también encontramos algo acá y es que estos emprendedores no se andan saboteando ni criticándose por aquello que pudieron haber hecho mejor. Levantan la cara, miran lo que hay que por hacer y por supuesto, lo hacen.
El segundo insight que encontré a lo largo de las entrevistas es que todos los emprendedores quieren “Dejar un impacto”. De alguna manera y sin importar cual sea, todos los emprendedores buscan algo más que lucrarse personalmente. Ya sea el apoyo a una comunidad, ya sea la generación de empleo, ya sea el desarrollo de su equipo de trabajo, estas personas buscan que a través de su marca se cree un valor para las demás personas. En otras palabras, se busca crear un valor agregado, algo que en definitiva los termina diferenciando y los termina volviendo auténticos. Esa pasión y ganas por querer dejar impacto va más allá de despertarse todos los días a generar dinero, es un impulso más fuerte a través del cual el emprendedor se alimenta y se llena de entusiasmo en los momentos más duros. Teniendo en cuenta lo anterior, al usted querer dejar un impacto no sólo apoya a los demás, sino que crece como persona. Entonces vemos que el hecho de impactar a los demás da un beneficio para todos los involucrados en el sistema.
Por último, estos emprendedores son “Creadores de oportunidades”, al principio puede que suene muy obvio y que todo el mundo esté hablando de lo fácil que es tener éxito en determinado negocio. Sin embargo, no siempre ha sido así, el éxito que el 99% de las personas observa, es nada más y nada menos que el resultado del 99% de las acciones que los emprendedores realizan cada día de los 365 días del año. Ser un creador de oportunidad significa abrirse paso por dónde no había espacio. Algo así como traspasar las paredes y ser invisible ante las visiones limitadas de personas que obstruyen el paso del día a día. Para ser un creador de oportunidad sólo se necesita tener sed de victoria, saber que uno tiene que lograr ese objetivo pase lo que pase y que uno mismo va a crear las circunstancias para ir alcanzándolo en el día a día.
Es muy fácil decir que le hace falta o lo que está mal en un emprendimiento. En realidad, quejarse puede ser de las tareas más sencillas del mundo, es por eso que tanta gente se queja a diario. Sin embargo, emprender es un camino oscuro, tenebroso dónde solo que los que se la creen, la logran.
Juan David Ariza - @segundo_co
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