La meditación permite habitar el estado natural de la conciencia, a partir de esta práctica milenaria se ha generado bienestar físico y mental, por ejemplo: contribuye a la estimulación del sistema inmunológico, reduce el riesgo de ataques cardíacos, permite controlar el estrés y la ansiedad; también desarrolla y fortalece habilidades como la concentración, manejo asertivo de las emociones; incrementa la atención; mejora el rendimiento y genera autodisciplina.
Nuestra mente es un factor fundamental ya que en ella se estructura la realidad que incide de manera significativa en la percepción del mundo externo. Tal como lo mencionó Sri Ravi Shankar, “La calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestra mente”, asintiendo así la sincronía e interdependencia entre el mundo interno y externo, conllevando a tener conciencia y perspectiva para ejecutar acciones que permitan hacer frente a las diversas situaciones que se dan en la cotidianidad logrando experimentar bienestar en múltiples aspectos de la vida.
Por tal razón, es importante romper con algunos de los mitos que se tienen sobre la meditación, el cual se ha reproducido paulatinamente. El hito más latente cuestiona la baja capacidad de mantener nuestra mente sin ningún pensamiento al momento de meditar, pero nuestro cerebro está hecho para pensar y, por lo tanto, nunca parará; por consiguiente, el arte de la meditación ayuda a canalizar y aclarar nuestros pensamientos, jerarquizando cada uno de ellos mediante su constante práctica. De igual manera, se le atribuye que la meditación es religiosa, a pesar que fue creada en un contexto dogmático esta ha permeado otras esferas en la sociedad cumpliendo su propósito de equilibrar lo físico con lo metafísico.
Adicional a lo anterior, al llevar a cabo el proceso de meditación, las personas tienden a contraer dificultades para lograrlo, dentro de las más comunes se encuentran:
- Perderse en los pensamientos: Al iniciar es normal que tu mente esté activa y descontrolada; pausadamente, empieza aceptando y organizando cada uno de esos pensamientos.
- No controlar las energías o emociones: La contención de energías o emociones generan como consecuencia la obstaculización, descontrol o un trance de emociones y/o pensamientos. Se debe focalizar la atención sobre lo que está emergiendo y cómo sobrellevar cada una de estas sin recurrir a la saturación mental.
- Sueño al meditar: Es común sentirse soñoliento en el momento de meditar ya que el cuerpo está en estado de reposo, para evitarlo es importante mantener la espalda recta, levantar un poco la barbilla y contraer los músculos del abdomen e incorporándose nuevamente.
- Disponibilidad de tiempo: De acuerdo a las dinámicas actuales, el ser humano está en una constante celeridad, por tal razón, es importante establecer un tiempo para meditar ya sea 15 a 30 minutos. Puede ser al iniciar o culminar el día.
A partir de lo anterior, se ha recopilado y sintetizado información que contribuye a orientar y nutrir el proceso de meditación en dos sencillos pasos:
Creando la práctica
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Manteniendo la práctica
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Tipos y técnicas de meditación
Vipassana (Visión clara): La técnica parte del budismo donde el eje principal es la respiración, sintiendo cómo recorre el aire dentro del cuerpo: desde las fosas hasta el movimiento que realiza el abdomen. Durante la meditación surgen sentimientos y pensamientos que se desvanecen cuando se entrelazan con la respiración.
Mantra (instrumento de la mente): Es una técnica de meditación hindú, consiste en repetir una palabra o una frase, para crear vibraciones en la mente y le permite desconectarse de sus pensamientos. El tipo más popular de meditación mantra es la meditación “Om”, esta letra genera una vibración a través del cuerpo. Este tipo de meditación permite facilitar la concentración, lo cual la hace más asertiva para las personas que tienden a distraerse con facilidad.
Qigong (cultivo de energía vital): Es una práctica taoísta, está integrada por varias técnicas para ayudar a equilibrar el cuerpo y promover la salud. Es una forma de ejercicio cuerpo-mente que implica movimientos lentos del cuerpo, respiración regulada y meditación.
Meditación de atención plena: Proviene del budismo, se usa para desarrollar el autoconocimiento que eventualmente dará como resultado la iluminación o la completa libertad del sufrimiento.
Desarrolla las habilidades necesarias para atraer tu atención a lo que está sucediendo en el momento, dejando ir el pasado o las preocupaciones del futuro. Se enfoca en la respiración ya que se usa como punto de enfoque. No controlas tu respiración, sino que solo tratas de ser consciente de ella y de su ritmo natural. Si la mente comienza a divagar, vuelva a concentrarse en su respiración.
Meditación Metta: Es conocida como la “meditación de Bondad Amorosa”, cultiva tanto un corazón amoroso como una mente tranquila. Se caracteriza por utilizar frases específicas para mandar deseos de amor y bondad a uno mismo y personas cercanas.
Es decir que, “la meditación consiste en entrenar la mente para lograr una mayor conciencia y perspectiva de la vida. Es la capacidad de estar presente en el aquí y ahora, sin vivir en el pasado o vivir para el futuro; en un estado de reflexión”.
La meditación es importante y las flores, en especial las rosas amarillas son excelentes acompañantes energéticas para este tipo de prácticas. Utilizo flores Bogotá por su gran servicio y profesionalismo.
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